¡Hay mucho más para ti en el mundo! Pisa fuerte y sonríe”. Cristina Naughton

Cristina Naughton, coach transformacional.

Tengo 72 años. Nací en Argentina y vivo en Washington. Soy psicóloga y coach transformacional. Soy viuda, sin hijos. ¿Creencias políticas? Igualdad de género, justicia social y democracia. Creo en algo superior, no importa su nombre. Descubre algo bueno en el otro

ORGANIZACIONES

Cristina Naughton acumula un espectacular currículum como coach internacional desde hace más de treinta años, fruto de una vocación genuina. Tras trabajar con las mayores organizaciones del mundo, me dice que el trabajo del que se siente más orgullosa lo hizo en el ministerio de Educación de Colombia: Logramos integrar a todos, políticos, educadores, sindicatos, estudiantes para mejorar el sistema con renovados valores de respeto. Es especialista en poner aceite a conflictos complejos, enseñando a cada uno a ver lo bueno en los demás y en sí. Tiene centro en Barcelona (www ceittrodecoachingcristitsaughton. com), y le entusiasma su trabajo.

¿Qué me soluciona el coaching?

Te da herramientas para hacerte cargo de ti mismo y de tus retos con eficiencia.

¿A quién da esas herramientas?

A directivas y ejecutivos de empresas e instituciones: me especialicé en psicología de desarrollo organizacional.

¿Qué empresas e instituciones?

Ministerios de gobiernos de diversos países, la ONU, la OMS, el Banco Mundial, el Banco Interamericano, IBM…

¡No está mal!

En verdad empecé a aprender de mi padre, un obrero metalúrgico. Y de mi madre, ama de casa.

¿Qué le enseñaron?

Mi padre, semianalfabeto, se esforzó para que yo pudiese estudiar, y me dijo: «¡Hay mucho más para ti en el mundo! Pisa fuerte.., y siempre con una sonrisa!»

¿Y así lo ha hecho?

Sí. La sonrisa la tomé de mi madre.

¿Cual fue su sueño de niña?

Estar con gente, crecer juntos: el «nosotros». Primero me hice profesora universita ría, luego psicóloga, empecé a asistir a empresas… ¡y me apasionó!

¿Le gusta trabajar con directivos?

Si un directivo mejora, cambia su relación con sus empleados, y los empleados se llevan a sus casas menos crispación.

¿Qué les pasa a los directivas?

Están muy tensos, estresados, y eso no conduce a nada bueno.

¿Qué les dice?

¿En qué consiste para ti la calidad de vida? Qué quieres? ¿Cuál es tu propósito?

¿Y luego?

Toma pequeñas decisiones, muy pequeñas y a muy corto plazo, orientadas a ese propósito. Y otras a medio plazo, y a largo plazo… Y pregúntate algo…

¿Qué?

¿Qué competencias tienes ya? ¡Reafirmalas!

¿Todos tenemos alguna?

¡Pues claro! Se trata de activarlas de manera operativa, en los momentos apropiados… Hay ejecutivos de empresa que dicen «¡me voy!», en un arrebato. ¡No, espera!

¿A qué?

Bastará con que negocies un tiempo contigo mismo, que rebajes la tensión. Y, en todo caso, que puedas despedirte honorablemente.

¿Honorablemente?

Que puedas dejar una huella, no dejar atrás heridas ni odios, y que los que se queden digan un día «¡te extrañamos!»

Póngame un ejemplo de un directivo.

A uno le sacaba de sus casillas la actitud de otro ejecutivo en las reuniones…

¿Lo solventó?

Le aconsejé que dijera algo bueno a ese ejecutivo tan disruptivo, algo así como «me interesó lo que propusiste el otro día…»

¿Y eso?

¡A todos, si nos dicen algo bueno, nos abrimos y escuchamos, y mejoramos!

¿Funcionó?

Eso permitió que descubriese habilidades escondidas de esa persona, y así pudo desarrollarlas en beneficio de todos.

¿Esto es coaching, no?

Hay un coachíng transaccional: solventas un conflicto específico. Y hay un coaching transformacional, que yo fundé.

Consistente en…

Mejorar tu energía corporal, emocionalidad y creencias profundas: te transformas.

¿Podría transformarme?

Con tres requisitos: pregúntate qué te deja medio incómodo, plantéate cómo te gustaría que te saliera… ¡y ponte en acción! Si tú te cambias..s todo cambia.

¿Qué aconseja a un joven en paro?

Hay que escucharle, que pueda aflorar su sueño escondido… Y ayudarle a descubrir lo que ya tiene orientado hacia su propósito….

¿Cuál ha sido su reto más difícil?

En un país centroamericano, cuatro partes se disputaban el dominio de una reserva natural, hasta tirotearse… Tras meses de conversaciones con unos y otros, creé las condiciones para una reunión… y un consenso.

¿Qué les decía para que se sentaran?

¿Qué condiciones pondrías para reunirte con los otros? Y pulí aristas hasta lograrlo… Yo impuse una: “Nada de armas en la sala!»

¿Sería el papa Francisco buen coach?

Tiene lo mejor de los argentinos, la luz, y lo mejor de los jesuitas, el rigor: nos faltaba un líder religioso, y él está generando este espacio de reflexión. Lo necesitas en tu vida, también: ¡sé benévolo contigo mismo!

¿En qué consiste eso?

¡Caminas por la vida con un capital inapreciable! Date permiso para detenerte y reencaminarte hacia lo que mereces. No esperes a padecer una enfermedad terminal para hacerlo, no hace falta

De acuerdo.

Mírate con respeto. No nos han educado para apreciarnos, sino para rendir cuentas. ¡Basta de eso! Y hazle ver al otro lo mucho que le aprecias. ¡Ahí tendrás un tesoro!

Gracias, coach.

El ser humano es una especie con una infinita capacidad de tener su vida en sus manos. ¡Hay más para ti en el mundo! Y sonríe.

 

Fuente: La Contra