Metáfora sobre el proceso de Coaching. Isabel Martínez

 

 

El coaching es… abrir una ventana para que entre el aire fresco.

En ocasiones nos sentimos estancados, oprimidos en un espacio escaso -con el aire viciado- en el que apenas podemos respirar. Allí vivimos prisioneros de un bloqueo interior.

Mediante el proceso de coaching llevamos a cabo una limpieza profunda.

Analizamos con ojos críticos el recinto donde habitamos. Barremos los rincones, revisamos con interés los cajones, desordenamos los armarios… Lo ponemos todo patas arriba situándolo a la vista. Una vez nuestro material queda expuesto, vamos trabajando con minuciosidad para aprender el porqué de todo lo acumulado, averiguando para qué estuvo allí, decidiendo si ahora nos lo quedamos o ya cumplió su función.

Por fortuna en el proceso descubrimos joyas extraordinarias que nos transforman en tesoros únicos.

Os cuento el secreto de quién es para mí el coach: el señor o señora de la limpieza 😉

El coach es el señor o señora que te ayuda a hacer la limpieza. Esta persona aparece cargada de un extraño puñado de instrucciones que te ayudan a recobrar la memoria: recordar dónde se te perdió la escoba, en que rincón metiste la aspiradora, por dónde anda la bayeta… Tú tenías todas esas herramientas para hacer la limpieza, pero se te olvidó en que lugar las dejaste y de que modo debías utilizarlas. Además, este paladín del aseo, repasa con disimulo cada escondrijo de tu casa armado con un algodón suave pero decidido, así comprueba si lo dejaste brillante y habitable. Con su ayuda tu hogar huele, por fin, a aire puro.

Isabel Martínez.

Alumna del Master Coaching con PNL