PNL ¿Para qué?

Podemos decir, que existe un antes y un después, al conocer la PNL y eso se debe a que solemos pasar mucho tiempo lamentándonos de aquello que nos produce sufrimiento y muy poco en ver soluciones.

Cuando nos sentimos mal, solemos focalizar la atención en nuestra dificultad, pero en realidad no hacemos más que acrecentarla. Es como dar vueltas sobre un mismo punto y no ver más que ese punto; pero ¿qué otra cosa podemos  hacer, si es esto lo único que hemos aprendido?

Nos dejaron en el mundo y nos instruyeron acerca de cómo teníamos que desenvolvernos en él para lograr éxitos y triunfos materiales; nos educaron para obtener seguridad a través de los bienes materiales, el trabajo, la pareja, las amistades…, es decir, nos enseñaron a caminar con unas pesadas muletas: son nuestras dependencias y durante mucho tiempo las hemos necesitado.

Pero, ¿qué ocurre cuando alguien nos arrebata nuestros únicos puntos de apoyo?

A la mayoría no nos educaron para superar las dificultades, sentir seguridad en nosotros mismos, en vez de buscarla en los demás, adquirir responsabilidad en nuestra vida para comenzar a dirigirla, aprender a amar y llenarnos de paz, alegría, optimismo, bienestar…, en suma, alcanzar un estado de felicidad.

No aprendimos a caminar y ahora nos damos cuenta de que necesitamos desprendernos de esos falsos sustentos que, en realidad, no hacen más que entorpecer nuestra marcha.

Si realmente queremos soltar ya esos puntos de apoyo e instruirnos en el arte de vivir, tendremos que comenzar a adquirir responsabilidad en nuestra vida.

En muchas ocasiones nos sentimos impotentes ante ciertas experiencias problemáticas y, sin darnos cuenta, adoptamos un rol de “víctima” que nos lleva a mantener una actitud pasiva en dichas situaciones, sin hacer nada por cambiar.

Cuando nos sentimos así, podemos permanecer durante mucho tiempo ahí y lejos de tomar decisiones que nos lleven a cambios positivos, esperamos a que sean los demás o las circunstancias quienes lo hagan.

Por el contrario, en otras experiencias adquirimos “responsabilidad” de lo que está ocurriendo y es precisamente esta actitud la que nos permite salir de los problemas y llegar, incluso, a transformarlos en grandes oportunidades.

La PNL nos enseña a tomar las riendas de nuestra vida, adquiriendo responsabilidad para dirigir el cambio, descubriendo «qué»  es lo que queremos y «cómo» lo podemos lograr. Así pues, nos ofrece una serie de estrategias que nos ayuden a lograr dicho cambio.

Podemos decir que la pnl es una actitud que nos lleva a:

  1. Pasar a la acción y empezar a cambiar aquello que ya no queremos vivir.
  2. Tomar decisiones de acuerdo a nuestros propios criterios y valores.
  3. Dejar ya lo caduco e inservible y poner la atención en el cambio, en lo nuevo.
  4. Descubrir qué experiencias queremos vivir y cómo deseamos vivirlas.
  5. Adquirir una mayor comprensión de nuestro entorno.
  6. Alcanzar una nueva visión de la vida y llegar a percibir las dificultades como experiencias de aprendizaje.
  7. Tomar las riendas de nuestra vida.

La PNL también es una metodología que nos permite:

  1. Desarrollar nuevas estrategias y adquirir nuevos conocimientos.
  2. Ser más competentes en nuestras acciones.
  3. Mejorar la comunicación.
  4. Lograr nuestros objetivos.
  5. Modelar conductas eficaces.
  6. Transformar nuestras limitaciones en fuentes de grandes recursos.
  7. Profundizar en el conocimiento de nosotros mismos y llegar a descubrir el sentido de nuestra vida.

Y además, la  PNL es una tecnología y a través de ella podemos:

1.  Transformar recuerdos desagradables.

2.  Cambiar conductas y emociones limitantes.

4.  Conectar con estados de recursos.

5.  Lograr cambios positivos.

A través de la PNL llegamos a conocer cómo es nuestra realidad y cómo nos gustaría que fuera. Nos permite indagar en nuestro mundo interior para llegar a descubrir ese gran potencial que poseemos y nos enseña la forma de poder utilizarlo para crear la vida que realmente deseamos vivir.

Por Pepa Kern.

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